MOCHIS - LOS FAMOSOS PASTELITOS JAPONESES
Hace ya casi 10 años que vi por primera vez estos pastelitos, fue en mi primer viaje a Japón. El motivo del viaje era continuar en mi aprendizaje sobre las gastronomías orientales y este viaje marcó un antes y un después en mi forma de cocinar. Todavía tengo vivo en mi recuerdo ese puesto callejero atestado de gente, donde todos esperaban pacientemente su turno para comprar, me puse en la fila dispuesto a probar lo que se vendía allí, y así fue como descubrí los mochis o como les llaman allí "ichigo daifuku", me sorprendió muchísimo su textura y sabor, son totalmente diferentes a cualquier otro dulce que había probado. Realicé varios cursos de cocina japonesa en ese viaje y por supuesto averigüé como se hacen estos pastelitos tan ricos. Desde entonces no puedo evitar caer en la tentación de comprarlos cuando visito a mi proveedor de productos asiáticos y tampoco falta en mis pedidos la harina de arroz glutinoso, necesaria para hacerlos en casa. Os dejo aquí un vídeo de los mochis para que los conozcas mejor y veas su textura, y debajo del vídeo tienes la receta de la masa, yo te recomiendo que al principio los rellenes con lo que más te guste, chocolate, fresas naturales, crema pastelera, dulce de leche, mermelada, etc.
INGREDIENTES:
Para la masa de mochi
(8-10 uds.):
250 g de harina de arroz
glutinoso (En Amazon y otras tiendas online se vende)
100 g de azúcar
300 ml de agua fría
Maicena (para evitar que
se nos pegue en el amasado manual)
PREPARACIÓN
En un recipiente mezclar
la harina de arroz glutinoso y el azúcar,
el agua se añade lentamente mientras removemos sin parar, no tiene que
tener grumos y la masa debe quedar elástica y ligeramente pegajosa.
Ahora tenemos que cocer
la masa al vapor, si tienes una vaporera de bambú, pon un paño limpio y húmedo
en el fondo cubriendo bien las paredes, si no tienes vaporera de bambú utiliza
cualquier otro utensilio que tengas para cocer al vapor pero ya sabes que
tienes que poner el paño húmedo envolviendo la masa para protegerla durante la
cocción.
Dejamos cocer unos 20-25
minutos hasta que la masa pierda el brillo y tenga un aspecto más sólido.
Retiramos del fuego y
dejamos enfriar la masa hasta que esté
templada.
Una vez tengamos templada
la masa vamos a amasarla manualmente, espolvoreamos la maicena sobre la encimera y vertemos la masa, ponemos más harina encima
de la masa para poder amasarla sin que se nos pegue en las manos.
Estiramos la masa ligeramente y cortarla en porciones
pequeñas (tamaño albóndiga) con la ayuda de una espátula rígida.
Aplanar cada pelota en la
palma de la mano, estirando con cuidado para formar un disco.
Colocamos el relleno en
el centro.
Mediante pequeños
giros en la palma de la mano, poco a
poco vamos cerrando los laterales de la pasta de arroz sobre el relleno, a modo
de paquetito hasta que tengamos la bola perfectamente cerrada.
Para acabar de sellar la
masa de arroz basta con realizar pellizcos en las grietas para que se peguen y
la superficie quede homogénea.
Para conservarlos después,
lo único que tienes que cubrirlos con un poco de la haría de arroz.